Lo primero que intenta una garrapata cuando está en una de las fases activas es conseguir adherirse a un animal para proceder a succionar la sangre que necesita para alimentarse. Una vez que ha mordido al animal destila una substancia que enseguida se coagula al entrar en unión con la piel y es lo que hace que la garrapata no se desprenda de su presa. Posteriormente mediante sus glándulas salivares, la garrapata transmite en la cavidad alimentaria unos combinados activos que favorecen a amparar un flujo permanente de sangre.
Las garrapatas logran trasladar una gran cuantía de enfermedades. La transferencia de los patógenos implicados en originar dichos contagios se provoca poco más o menos unas 24 horas tras el inicio de la manutención.
Son sin duda un grave problema de salud pública, ya que son transmisores de enfermedades víricas, bacterianas y parasitarias ocasionando grandes quebrantos económicos cuando afectan al ganado ya que aproximadamente un 75% del ganado mundial se encuentra afectado de garrapatas, las cuales producen lesiones en las ubres, pérdida de sangre e inoculación de toxinas que originan debilidad en el animal e incluso puede llegar a la muerte.
¿Cómo puede una garrapata matar a tu perro?
Como hemos dicho las garrapatas son portadoras de enfermedades que transmiten a nuestras mascotas a través de sus picaduras, una de las más representativas es la Erlichiosis canina que es transmitida a los perros por la garrapata más común en ellos que es la Rhipicephalus sanguineus. Cuando la garrapata pica al perro le introduce un parasito que afecta a diversas partes de su organismo, sobre todo a las plaquetas, ocasionándole trastornos en la coagulación de la sangre, además de problemas respiratorios, fiebre, hemorragias, problemas articulares y pudiendo ser letal. Sus síntomas se manifiestan en el intervalo de una a tres semanas.
Los síntomas son fiebre intermitente, cansancio, secreción ocular y nasal, adelgazamiento, hemorragias en la piel, sangrado nasal ocasional etc… Y la enfermedad se diagnostica con unos análisis de sangre y un hemograma que nos dirá si las plaquetas han disminuido.
Por fortuna, esta enfermedad dispone de tratamientos, siempre y cuando no esté en una fase terminal, pero si no es así, la curación es posible en cualquiera de sus fases, así que el observar a tu mascota es imprescindible para atajar este y otros problemas a tiempo.
Otra enfermedad producida por las garrapatas en nuestras mascotas es la Hepatozoonosis, que en este caso se produce porque el perro a ingerido garrapatas infectadas. Estas garrapatas llevan asociado un parasito que afecta a órganos tan vitales como los riñones, el hígado e incluso el corazón y como la anterior puede resultar letal.
También tenemos la Baberiosis, que afecta a animales domésticos pero que puede también atacar a los humanos.
Pero la grave sin duda transmitida por garrapatas a las personas es la Lyme, la cual también afecta a carnívoros feroces, roedores, aves. Se representa en un principio como una gripe y a continuación provoca complicaciones articulares y neurológicos graves que pueden llegar a ser mortales.